Nuestros alimentos son cultura, sociedad, vanguardia y arte; son fuente de inspiración y expresión; y es así como arte y comida se han entrelazado a lo largo de la historia, creando momentos y obras que deleitan la vista, el paladar y el alma.

De esta forma, nuestra intención es recordar que podemos disfrutar de los alimentos no solamente por sus valores nutricionales, sino también por sus valores estéticos y ornamentales, como fuente de placer privado e individual. Además, más allá del aspecto creativo, las obras de esta muestra tienen un doble interés, lúdico y didáctico, ya que buscan que las personas que nos visitan no solamente disfruten, sino que se acerque de manera diferente a nuestros barrios.

Es posible que la belleza de aquello que comemos pase desapercibida, pero si logramos apreciar cada alimento como una obra maestra, descubriremos el valor real de los alimentos y de quienes trabajan para producirlos, prepararlos o venderlos, ya que nos daremos cuenta de que estos son verdaderos artistas del saber hacer, lo cual nos puede servir para descubrir el potencial visual que encierra nuestro entorno.